18/4/08

Reflexiones sobre el ensayo del autor Francisco Javier Pérez “Deterioro de una Sociedad, decadencia de un lenguaje.






Hola, hoy quiero hablar con ustedes de algo muy importante para todo, el lenguaje. Y para ello hago una reflexión de un ensayo publicado por Francisco Javier Perez, publicado en la distinguida revista del IESA.


bueno, antes de hacer el comentario, es importante señalar que Francisco Javier Pérez es profesor asociado de la UCAB en la cátedra Teoría Literaria. Recibió el Premio de Ensayo Julio César Salas (1998) y es el miembro más joven de Academia Venezolana de la Lengua. Obras: Historia de la lingüística en Venezuela (1988), Diccionario del habla actual de Venezuela (1994), Estudios de lexicografía venezolana (1997), Diccionarios, poliglotismo y lenguas indígenas en Julio C. Salas (1999).


Bueno, aqui les dejo mi reflexión:


El lenguaje ha sido tema de muchas discusiones. Para algunos resulta muy importante, mientras que para otros no significa nada. El lenguaje es tan primordial que existe un sinnúmero de estudiosos del mismo, incluso en este curso se hace una reflexión sobre un ensayista que lo toca de una manera muy profunda. Hay que pensar en la necesidad de tener un buen léxico, ya que si no expresamos correctamente nuestras ideas a través del poder de las palabras, quien nos escucha jamás entenderá lo que queríamos expresar y si no dominamos la lengua no comprenderemos lo que nos expresan los demás.
El lenguaje, más allá de ser la magia de la comunicación, representa una carta de presentación de los pueblos, que actualmente se han visto en un ciclo de detrimento histórico, que deberán superar. Sin embargo, la diferencia de esos ciclos históricos difieren en un aspecto poco tomado en cuenta: el lenguaje oral y escrito. Los ciudadanos no se preocupan por aprender su lengua, contrariamente le son indiferentes y buscan crear nuevas palabras y modismos con el argumento de que todo cambia… Pero, ¿hasta qué punto es cierto todo ello?…
Pues bien, si consideramos que ahora existen actividades que no se realizaban hace un siglo, y que es necesaria la adaptación de un nuevo lenguaje para su expresión es aceptable el cambio pero, acortar las palabras, eliminar letras y utilizar los verbos inadecuadamente no constituyen una evolución, sino una involución. La sociedad actual está tan preocupada en enseñar otros asuntos al futuro, que olvida que las clases de lengua y literatura deberían ser consustanciales con otras materias, por cuanto: el mejor abogado, matemático, científico u otro profesional que no domine la lengua materna, no puede hacer trasferencia al lenguaje científico.
Pero, ¿hasta qué punto afecta el deterioro del lenguaje cotidiano y científico a un profesional?. El no conocer el lenguaje es parte de la decadencia de la humanidad. La sociedad que evoluciona busca personas capacitadas, y al colectivo en decadencia le interesa también salir del hoyo donde se encuentra, pero necesita apoyarse además de las riquezas que pudiere tener, en el potencial profesional que tiene. Imaginemos al médico que tiene la labor de informarle a un paciente que sufre de determina enfermedad. Lo mínimo que debe hacer es explicarle su afección en un lenguaje claro y sencillo, pero jamás presentará un informe científicamente incorrecto, lo que amerita dominar el lenguaje común y el lenguaje científico de la carrera que ejerce.
Ahora bien, como refiere el ensayista, el venezolano de hoy no conoce su propia lengua, no tiene conciencia del instrumento que utiliza para expresarse, no conoce la magia de la palabra, tristemente el número de palabras que utiliza es escasa, y como consecuencia, en la mayoría de los casos no lee y redacta bien. Pero, ¿Qué podemos hacer con este problema?. Pues reflexionar y preguntarnos ¿Qué estamos haciendo con nuestra lengua?. El deterioro lingüístico imposibilita nuestra comunicación científica y cotidiana y quizás un día pase lo mismo que sucedió en la construcción de la Torre de Babel (cuando el Señor confundió el idioma de todos los habitantes de la tierra) y nunca más nos podamos entender en un mismo país.

... La idea suena aterradora... y no deberíamos permitir que se concrete.
¿ Y tú qué opinas?